miércoles, 28 de enero de 2015

Desarrollo de competencias lingüísticas.




El tema de las competencias no es una novedad educativa, pues por mucho tiempo se ha investigado y reflexionado sobre este concepto Las competencias fundamentales que se deben desarrollar para lograr desenvoltura lingüística se consideran tres facultades: Escribir mejor, leer mejor y ser mejor. En nuestras clases de Taller Introductorio sobre Escritura Creativa nos enfocaremos en las dos primeras, por ser las Competencias Especializadas de Escritura, y por lo tanto, las que nos competen y haremos una recopilación de los planteamientos de los autores más influyentes en esta área.
A.- Leer mejor
El psicólogo suizo Jean Piaget planteó que desde la niñez estructuramos nuestra capacidad y sus conocimientos a partir del entorno que no haya pertenecido, por medio de estructurar experiencias, impresiones, y a través de la organización de los instrumentos de expresión. Así cuando leímos o escuchamos un cuento fantástico o de hadas, que trataba sobre algo nuevo, pudimos aprender y asimilar con ayuda de sus conceptos y experiencias acumulativas, para alcanzar una comprensión más profunda y desarrollar un nuevo concepto, acomodamos los conocimientos nuevos a conocimientos viejos de forma incesante.
Según Piaget: “La fantasía del niño es una de las condiciones más importantes para la asimilación de la experiencia social o los conocimientos”, de esta forma podemos comprender que es importante promover la construcción de la lengua escrita a partir de los aspectos comprensivos, comunicativos y pragmáticos; y teniendo como marco de referencia la comprensión de los diversos momentos de desarrollo, de conocimiento, para lo cual es necesario tener presente la importancia de las funciones sociales y culturales de la lectura”. (Piaget, 1978: 23). La reflexión de Piaget nos induce a considerar cómo los niños, en un proceso de indagación y construcción activa se aproximan al sistema alfabético de diferentes maneras dependiendo de muchos factores; qué problemas se plantean, cómo los resuelven y las diferentes hipótesis que se formulan en el intento de comprender el conocimiento.
Otras de la premisas de Jean Piaget son: “Leer no es descifrar, sino construir sentido a partir de los signos gráficos y de los esquemas del pensamiento del lector” (Piaget, 1978: 31) y “Escribir no es copiar, sino producir sentido por medio de los signos gráficos y de los esquemas de pensamiento de quien escribe”. (Piaget, 1978: 45). A partir de lo anterior nos planteamos que es coherente privilegiar la enseñanza colectiva, aspecto en el que encaja perfectamente el modelo de talleres literarios, y propiciar una pedagogía enfocada en el desarrollo de:
1.- Competencia Enciclopédica que es el conocimiento de las cosas y del mundo, de todas las realidades que conforman el universo físico y mental con un enfoque utilitario hacia los fines del escritor. Un producir sentido y conocimiento a partir de otros conocimientos.
2.- Competencia Comprensiva que es el dominio de la capacidad de síntesis de todos los parámetros de la comunicación: autor, mensaje, función del texto y destinatarios. Para un buen aprendizaje hay tres factores esenciales: Observación, investigación y el descubrimiento por nuestra propia experiencia. Un saber hacer en un contexto dado.

B.- Escribir mejor.
Este punto es crucial en nuestro Taller Introductorio sobre Escritura Creativa. Para producir escritos literarios de carácter narrativo o ensayístico es fundamental desarrollar:
1.- La Competencia Gramatical Avanzada que está referida al manejo de vocabulario y sintaxis articulados en el texto para una comprensión precisa del significado literal de las expresiones lingüísticas.
La competencia gramatical (también llamada competencia lingüística) es la capacidad de una persona para producir enunciados gramaticales en una lengua, que respeten las reglas de la gramática de dicha lengua en todos sus niveles (vocabulario, formación de palabras y oraciones, pronunciación y semántica). También se define como el conocimiento implícito que un hablante posee sobre su propia lengua, el cual le permite no sólo codificar mensajes que respeten las reglas de la gramática, sino también comprenderlos y emitir juicios sobre su gramaticalidad.
El concepto de competencia gramatical fue propuesto por Noah Chomsky en la obra Estructuras sintácticas, y constituye un concepto fundamental en la tradición de la llamada Gramática Generativa, que se propone como fin último hacer explícito el conocimiento implícito sobre la propia lengua que tienen los hablantes.
En el avance de los conceptos, Dell Hymes, en sus trabajos de sociolingüística y de entografía de la comunicación, propuso hacia los años 70 del siglo XX la idea de competencia comunicativa como una capacidad de alcance amplio que permite a un hablante comportarse comunicativamente de forma adecuada, para lo cual debe poseer un dominio sobre las reglas gramaticales de buena formación de oraciones, y propiedad sobre las reglas que determinan el uso de la lengua en la producción de enunciados adecuados en el contexto discursivo.
Canale relaciona el concepto de competencia gramatical con la capacidad de comunicación de los individuos y con el análisis de los componentes que la integran: “…se centra directamente en el conocimiento y la habilidad requeridos para emprender y expresar adecuadamente el sentido literal de las expresiones”. (Canale, 1983: 24)
El Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas adopta otra estructura de descripción de la competencia comunicativa y la considera conformada por la competencia lingüística, la sociolingüística y la pragmática; la competencia lingüística está integrada, a su vez,  por la léxica, la gramatical, la semántica, la fonológica, la ortográfica y la ortoépica (capacidad de articular una pronunciación correcta partiendo de la forma escrita). En una detallada descripción de cada una de estas competencias y subcompetencias, el Marco Común Europeo  ofrece unas escalas con seis niveles de dominio de cada una de ellas. Dentro de la complejidad de estos estudios debemos resaltar, y para efectos de los intereses de nuestro taller, que es fundamental incentivar la riqueza de vocabulario, el dominio del vocabulario, la corrección gramatical, el dominio de la pronunciación y el dominio de la ortografía.
2.- La Competencia Sociolingüística es el manejo del contexto, situación o visión del mundo compartida por un emisor y un receptor, sumando las variedades lingüísticas, niveles de lengua y registros propios del emisor y/o del receptor, del tema o del campo de conocimiento del que se trate. Todo lo cual involucra la comprensión de la idiosincrasia de un grupo social.
Es necesario que cultivemos la capacidad de analizar, contrastar, comparar, aplicar, resumir, establecer relaciones causales y trazar analogías, solo así enriqueceremos nuestro proceso escritural, porque la escritura requiere de creatividad y capacidad de invención y se necesita además de la interpretación y de las inferencias lógicas y coherentes con la realidad que se va a contextualizar. La comprensión de nuestra realidad enriquece el proceso escritural porque el acto de escribir es una oportunidad para pensar coherentemente sobre un tópico específico con un propósito comunicativo claro.
3.- La Competencia  Discursiva es el dominio de la combinación de formas lingüísticas para elaborar un texto (escrito u oral) en diferentes géneros o tipos de texto, así como de la polifonía narrativa.
La competencia discursiva hace referencia a la capacidad de una persona para desenvolverse de manera eficaz y adecuada en una lengua, combinando formas gramaticales y significado para lograr un texto trabado (oral o escrito), en diferentes situaciones de comunicación. Incluye, entonces, el dominio de las habilidades y estrategias  que permiten a los interlocutores producir e interpretar textos, así como el de los rasgos y características propias de los distintos géneros discursivos de la comunidad de habla en que la persona se desenvuelve.
El modelo más reciente de descripción de la competencia discursiva es el del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas, que la incluye como una más de las competencias pragmáticas y la describe en términos de dominio tanto de géneros discursivos como de secuencias textuales. En su definición de esta competencia destaca la capacidad de dirigir y estructurar el discurso, ordenar las frases en secuencias coherentes y organizar el texto según las convenciones de una comunidad determinada para explicar historias, construir argumentaciones o disponer en párrafos los textos escritos. El Marco Común Europeo señala algunos aspectos fundamentales en torno a la competencia discursiva:
1.- La flexibilidad ante las circunstancias en que se desarrolla la comunicación.
2.- El desarrollo temático.
4.- La coherencia y cohesión de los textos escritos.
Sí, el desarrollo temático ha de ser coherente, cohesionado y sin embargo, flexible ante las circunstancias que se presenten. No es imposible, si nos plantamos ante la hoja en blanco como tales escritores creativos.
Por esto y porque sabemos que el alumno acude al taller con unas capacidades en potencia, entendemos que es probable que solo necesiten ser activadas por medio del aprender haciendo y de un buen acompañamiento por parte del profesor para que explore las posibilidades que tiene en cuanto a la lengua escrita.
El desarrollo de las competencias se logra a partir de la participación activa entre los talleristas, la creación colectiva de los saberes, significados y realidades, y el desarrollo a través del encuentro con el otro. La actividad de escritura en grupo propicia el trabajo cooperativo; los miembros ejercen un papel de receptores provisionales del escrito y el intercambio de juicios críticos; permite utilizar una especie de doble punto de vista durante la tarea, a la vez que las sugerencias de unos y otros favorecen la mutua observación de las estrategias de escritura utilizadas y la adquisición de las que se revelan como más eficaces.

Después de haber revisado los conceptos de competencias abordando varias corrientes de pensamientos, haremos énfasis en las competencias que tienen que ver más con la producción de textos, donde el alumno no únicamente sabe sobre la lengua y sus funciones, o “saber sobre el lenguaje” (teoría gramatical, normas de uso de los signos lingüísticos, teoría sobre la puntuación…); sino que más bien explore con el lenguaje “Hacer con el lenguaje”, es decir, el uso que se le da en situaciones comunicativas, y en la producción de enunciados coherentes y pertinentes en su desempeño comunicativo.

Precisemos que un proyecto de escritura potencia las fases de planificación y revisión, y atiende a la planificación, textualización y revisión del escrito, no como un proceso lineal, sino cíclico.

Asignación: Crear un cuento corto a partir de una noticia no relacionada con motorizados o indígenas (Máximo una cuartilla). Recuerden que la composición requiere de creatividad y capacidad de invención; además de la interpretación y de las inferencias lógicas y coherentes con la realidad que se va a contextualizar.
Tienen la oportunidad para pensar sobre un tópico específico con un propósito comunicativo claro, en una ocasión particular. ¡A jugar con las palabras y a perder el temor a la “hoja en blanco”!


Referencias
Canale, M. De la competencia comunicativa a la pedagogía comunicativa del lenguaje. Madrid: Edelsa, 1983.
Chomsky, N. Estructuras sintácticas Buenos Aires, Siglo XXI, 1999.
Hymes, D. Models of the interaction of language and social life. J. Gumperz & D. New York.1972.
Marco común europeo de referencia para las lenguas: Aprendizaje, enseñanza, evaluación. Instituto Cervantes. 2002. http://cvc.cervantes.es/obref/marco

Piaget, J. El equilibrio de las estructuras cognitivas. Problema central del desarrollo. Madrid: Siglo XXI, 1978.

Destrezas para desarrollar propuestas de escritura creativa y promover la imaginación: o el dúo dinámico te saca a bailar.


Destrezas para desarrollar propuestas de escritura creativa y promover  la imaginación: o el dúo dinámico te saca a bailar.

La relación con el lenguaje, ejecutada en grupo, potencia las posibilidades de que aumente la confianza al momento de crear, y para esta aseveración nos podemos apoyar en: “La escritura es un acto individual, pero existe una dimensión social que no podemos desconocer y un aprendizaje importante que se produce en estos talleres es la toma de conciencia del papel de los otros (no sólo el profesor) para avanzar como escritores”. (Grassa, 2008: 4). Se nos hace evidente que esta toma de conciencia de la realidad social de la escritura es pertinente y que al aumentar el interés por compartir los propios escritos con los compañeros de grupo, aumentar nuestra capacidad de escucha y tener mayor interés en conocer diversos textos, nos plantarnos de forma open mind o mente abierta, hacia la interacción comunicativa y logramos mayor seguridad para producir textos, y se nos facilita la construcción de la ficción y los modos en que procesamos la experiencia literaria.

Aclarada la importancia de la dimensión social en el estudio y la práctica de la Escritura Creativa, pasemos a considerar lo referente a las destrezas fundamentales para desarrollar propuestas de escritura creativa, y estas son:

v  La capacidad para producir textos coherentes y cohesionados, observando la corrección gramatical y la ampliación del vocabulario.
v  La toma de conciencia sobre las particularidades de la lengua escrita, el desarrollo de un estilo, de una “voz” propia y el aumento de la originalidad de los textos.
v  El aumento de las habilidades lectoras, del interés por la lectura de obras literarias, del desarrollo de criterios personales para la selección de lecturas, de los criterios para construir opiniones y evaluar obras literarias. El disfrute por la lectura, encontrarle sentido y a leer con múltiples propósitos trae como consecuencia el desbordamiento de la escritura propia; al encontrar modelos que alimenten los textos, tomamos conciencia sobre cómo se escribe y cómo es reescribir, con lo que obtenemos el beneficio de la experiencia creadora y del enriquecimiento del mundo simbólico personal.
v  La habilidad de poetizar la realidad a través del uso de la imagen, la metonimia, la metáfora y el extrañamiento.

En adición a lo anterior, en la producción de escritos creativos es importante atender con detalle los siguientes aspectos:
1.- Observar el uso de una correcta puntuación y separación de párrafos. Separar párrafos con puntos y aparte.
2.- Mantener la coherencia gramatical entre sujeto, verbo, predicado; mantener la concordancia entre los tiempos verbales.
3.- Comprobar la concordancia sujeto y verbo en los sujetos colectivos. Por ejemplo, es incorrecto escribir: "La gente estaban", lo correcto es escribir "la gente estaba".
4.- Controlar el uso de muletillas para definir conceptos. Es probable que encontremos expresiones como "es cuando", "es que", "que". También abusos del "entonces", "una cosa”, o "esto es que".
5.- Revisar el uso de las oraciones impersonales porque podemos caer en el error de escribir "Habían muchas personas", en lugar de "Había muchas personas". Este es el caso de una oración impersonal y "muchas personas" es Complemento Directo y no sujeto.
6.- Exponer ideas relacionadas usando los conectores oracionales y  cuidando la unidad de sentido porque es frecuente que las ideas estén desordenadas. Deben cuidar esto e ir planteando las ideas ordenadamente, siguiendo bien un criterio temporal, de lo general a lo particular, de lo particular a lo general. Por supuesto, todo va a depender del tipo de texto que se esté construyendo.
7.- Evitar la pobreza de vocabulario y respetar la estructura lógica del texto: planteamiento, nudo y desenlace.
8.- Vigilar la utilización de un sustantivo, no repetirlo, sino sustituirlo por el pronombre, si es el caso.
9.- No mezclar los registros lingüísticos del lenguaje culto y del coloquial en un mismo tipo de texto, exceptuando el caso de los diálogos, en los que se diferencian las voces de los personajes.
10.- Descartar el uso del "dequeísmo" (Uso incorrecto de la preposición "de" ante una oración sustantiva que va introducida por la conjunción "que". Así, por ejemplo, suelen decir: "Resulta de que me vio en la calle"  en  lugar de "resulta que me vio en la calle".
11.- A veces nos encontramos con el uso del "queísmo" el fenómeno contrario al anterior, es decir, la eliminación de la preposición "de" en construcciones que deberían llevarla. Por ejemplo, "Tengo la seguridad que la gente me aprecia", cuando deberían decir "tengo la seguridad de que la gente me aprecia”. Es importante evitar el "queísmo", consistente en sustituir el determinante relativo "Cuyo"/a, /os/as por el pronombre relativo "que". Solemos encontrar escritos.: “Conozco a una chica que su padre es actor", en vez de “Conozco a una chica cuyo padre es actor".
12- No cometer "anacolutos" (Ruptura sintáctica del discurso como consecuencia de una falta de relación lógica entre sus componentes). No es correcto escribir "Yo me gustaría que estudiaras más", en lugar de "A mí me gustaría que estudiaras más". También solemos encontrar "Me presentaron a una chica, que estuve con ella toda la tarde", y la expresión correcta es  "Me presentaron a una chica con la que estuve toda la tarde" (los pronombres relativos deben desempeñar siempre una función sintáctica)
13.- Y por sobre todo, a pesar de la obligatoriedad de todo lo señalado, buscar una voz propia, un modo personal de escribir nuestros textos y expresar nuestras ideas.
Acerca de la habilidad de poetizar la realidad a través del uso de la imagen, la metonimia, la metáfora y el extrañamiento, nos apoyamos en Carlos Grassa, quien refiriéndose a la necesidad de la poesía en la vida, lanza una propuesta que parte de la pregunta sobre las estrategias para llegar a lo poético: "… Logramos poetizar lo real desestructurando narraciones, armando rompecabezas, intentando poemas colectivos, inventando bestiarios con animales fantásticos”.
Y nuestra estrategia de trabajo de taller se fundamentara en estas ideas, pero antes de enfocarnos en los ejercicios prácticos y para lograr nuestras aspiraciones en este sentido, es necesario que precisemos conceptos:
1.- La imagen. Viktor Shklovski, integrante del movimiento del formalismo ruso, concibe dos manifestaciones del lenguaje: el lenguaje cotidiano y el lenguaje literario. El primero es la forma común y corriente de comunicarnos, lenguaje convencional que sigue las normas del uso común, de la gramática, de la lógica o del sistema mismo. Nuestra forma de ver la realidad, a través de este lenguaje, provoca que nuestras percepciones del mundo se familiaricen, se hagan costumbre, se vuelvan rutinarias; y por lo tanto que se pierdan entre tantas percepciones que del mundo nos formamos.
En uno de sus postulados, Shklovski señala que: “El hábito nos impide ver y sentir los objetos; es necesario deformarlos para que nuestra mirada se detenga en ellos: esa es la finalidad de las convenciones artísticas. El mismo proceso explica los cambios de estilo en arte: las convenciones, una vez admitidas, facilitan el automatismo en lugar de destruirlo”. (Shklovski, 1971: 31).
La esencia de la obra literaria radica entonces en la construcción de un lenguaje cuyos recursos traten de potenciar nuestras percepciones y nuestra sensibilización ante el entorno. Esto se logra a través de artificios artísticos no convencionales, no lógicos, no automáticos ni de rutina. Estos recursos evitarán que nuestras percepciones se pierdan, y lograrán que permanezcan en nuestros sentidos, provocando algún efecto conmovedor, innovador, estético, placentero, caótico o extra-ordinario.
Shklovski describe esta dualidad de lenguajes como imagen poética e imagen prosaica. La imagen poética está definida como uno de los medios de la lengua poética, cuyos procedimientos (paralelismo, comparación, repetición, hipérbole, simetría, etc.) constituyen un procedimiento de singularización, una forma difícil que aumenta la dificultad y duración de la percepción.
Y completemos lo referente a la imagen considerando que el procedimiento de percepción en arte es un fin en sí y debe ser prolongado porque “El arte es interpretado como un medio de destruir el automatismo perceptivo: la imagen no trata de facilitarnos la comprensión de su sentido, sino de crear una percepción particular del objeto, la creación de su visión y no de su reconocimiento”. (Todorov, 1991:32).
2.- La metonimia es la sustitución de un término por otro, fundándose en relaciones de causalidad, procedencia o sucesión existentes entre los significados de ambos términos. Es darle a un objeto el nombre de otro por una relación de causa u origen.
Según De Amo Sánchez-Fortún tenemos que: “La metonimia, la metáfora, la alegoría y el símbolo son tropos literarios que tienen en común el basarse en la sustitución de términos que implican una traslación o desplazamiento del significado. Lo que diferencia esencialmente a la metonimia de la metáfora es que, en la metonimia esa traslación se produce dentro del mismo campo semántico (causa-efecto, obra-autor, etc.), mientras que en la metáfora se produce entre términos cuyos conceptos pertenecen a campos distintos: río-vida; mar-muerte; dientes-perlas” (De Amo Sánchez-Fortún, 2008: 17)
De esta manera comprendemos que se trata de la identificación de un objeto con otro en virtud de la relación de semejanza que hay entre ellos, es decir, una comparación. Los siguientes son unos ejemplos clásicos: “El cristal del agua”. “Nuestras vidas son los ríos, que van a dar a la mar, que es el morir”. “La calle abierta como un ancho sueño”.
3.- El extrañamiento. Es un concepto de la literatura orientado a dar una perspectiva diferente a la habitual visión de la realidad, al presentarla en contextos diversos a los acostumbrados o al representarla de un modo en el cual se nota que la representación es una ficción.
Shklovski define el extrañamiento como "El propósito del arte es el de impartir la sensación de las cosas como son percibidas y no como son sabidas (o concebidas). La técnica del arte de "extrañar" a los objetos, de hacer difíciles las formas, de incrementar la dificultad y magnitud de la percepción encuentra su razón en que el proceso de percepción no es estético como un fin en sí mismo y debe ser prolongado. El arte es una manera de experimentar la cualidad o esencia artística de un objeto; el objeto no es lo importante”. (Shklovski, 1971: 43)
De esta forma apreciamos que se trata de un recurso que actualiza el lenguaje y evita la automatización de nuestras percepciones. El término es sugerido para señalar que el lenguaje literario es una construcción que, con el manejo de planos alternativos, discrepancias y contradicciones, supera al lenguaje cotidiano, científico o filosófico-conceptual. La literatura es la trasgresión y rompimiento de normas establecidas validados por la búsqueda consciente de los valores estéticos y  que conllevan la propuesta de un nuevo lenguaje, una nueva forma de ver las cosas ante el lector. De ahí que esta trasgresión de formas y contenidos nos permita ver la realidad desde distintas ópticas y perspectivas, siendo esto una de las funciones que más esperamos de la literatura.
En definitiva, el extrañamiento es recrear algo; así el artista lo que hace es (re)ver la realidad de otra forma, y así nos la presenta en sus obras, como extrañas a nuestra mirada. Se crea así en los destinatarios un sentimiento de alienación, despersonalización: se trata de descubrir que en su vida frecuentemente están alienados, automatizados.
Trabajaremos en el Taller introductorio sobre Escritura Creativa en base a los conceptos expuestos y también nos apoyaremos en el discurso de Gianni Rodari, y en torno a lo que él llama Gramática de la Fantasía. Podemos destacar tres capítulos del libro respectivo “La china en el estanque”, “El binomio fantástico” y  “¿Qué ocurriría si...?”. En esos capítulos el autor hace planteamientos fundamentales, como el del azar como detonante para crear a partir de elementos pertenecientes a una misma categoría o clasificación, pero que no son contiguos semánticamente, es el caso del binomio fantástico (o el dúo dinámico para efectos de este taller), otro planteamiento es el de trabajar sobre el pensamiento hipotético que es inventar a partir de hipótesis, y el otro es la conexión con el surrealismo y el atender a las formas ocultas que están allí pero que no se aparecen de forma obvia.

Es oportuno ampliar en qué consiste tanto el binomio fantástico así como la contigüidad semántica.

El Binomio Fantástico surge cuando dos conceptos son tan lejanos uno al otro, que es muy difícil a primera vista establecer una relación entre ellos, por lo tanto, tenemos que poner a trabajar todo nuestro ingenio. Debemos tomar distancia frente al binomio. La distancia es necesaria para que la aproximación resulte insólita, pero posible. Esta “lejanía” permite que nuestra imaginación  trabaje y genere una conexión, una relación entre ambos, un conjunto fantástico donde pueden convivir. Se debe buscar pares de palabras lo más diferentes posibles una a la otra, una vez que ya hemos elegido el binomio, por ejemplo tigre-gelatina, aplicamos el proceso de extrañamiento e intentamos ver cada elemento del binomio como si nunca hubiéramos visto algo como esto, no supiéramos para qué sirve, ni de qué está hecho, y luego describirlo hasta el más mínimo detalle. Una vez que tengamos cada elemento descrito por separado, viene un proceso de asociación y comparación, que se ejerce no con el objeto o concepto completo, sino entre las características en estado “puro”.
En ese momento aceptamos el baile que nos ofrece, lo que llamaremos en nuestro Taller “El dúo dinámico”. ¿Aceptarían bailar un bolero con un personaje que tuviese dos cabezas? O ¿Bailar un bolero con dos personajes a la vez? Son riesgos propios del ejercicio de la Escritura Creativa. Esta aceptación permitirá establecer conexiones inéditas que difícilmente hubiéramos podido realizar viendo los objetos por separado, así, aunque los conceptos elegidos estén desarraigados, y fuera de su contexto, llegan a uno nuevo e inédito y pierden en cierta medida las facultades que les son propias y ganan las infinitas posibilidades de su nueva conexión que parecía imposible.

La Adivinanza sigue este mismo procedimiento. Es un tipo de binomio donde un elemento (la respuesta) se esconde y el elemento que se muestra, se hace a través del proceso de extrañamiento.

La contigüidad semántica es la sustitución por contiguos semánticos, esto es, por vocablos que, sin ser sinónimos de los que sustituyen, guardan con ellos una relación de significado, sea de inclusión (conceptualmente incluyen a otros vocablos o están incluidos en estos), sea de derivación (familias léxicas o de palabras: primitivas y derivadas). Ejemplo: Ayer jugaron los italianos contra los surcoreanos, y ganaron los asiáticos.

Estos aspectos nos llevan a reflexionar acerca de que la literatura puede mantener una estrecha relación con la información en nuestra conciencia y de que el texto no debe ser un elemento distante, sino un objeto próximo. Si apelamos a nuestra conciencia y a nuestra imaginación para enfocar la mirada de nuestro entorno, real o virtual, tomando en cuenta la era tecnológica que vivimos, tenemos todas las ventajas para transformar nuestros escritos.

Aprovechar la capacidad asociativa del cerebro humano, así como hacer uso del mapa mental y el hipertexto, en la construcción de la ficción se reflejará en la forma en que procesemos nuestra experiencia literaria.

Como cierre a esta tercera clase del Taller Introductorio sobre Escritura Creativa recordemos a Albert Einstein quien dijo que la imaginación es más importante que el conocimiento: “El conocimiento es limitado. La imaginación circula el mundo… Cuando me examino a mí mismo y mis formas de pensar llego a la conclusión de que el regalo de la fantasía ha significado más para mí que mi talento para absorber el conocimiento positivo”.


Asignación: a partir de dos sustantivos disimiles, crear un ensayo corto (máximo una cuartilla). Con este ejercicio busquemos la flexibilidad ante las circunstancias en que se desarrolla nuestra capacidad de comunicación, realicemos variantes de un tema, sin perder la coherencia y cohesión en los textos que seamos capaces de producir. Hasta aquí la formalidad teórica, ahora ¡Atrévete a bailar con el dúo dinámico! ¿Bailar con dos personas a la vez? Sí, y hasta un bolero pegadito.


Referencias
De Amo Sánchez-Fortún, J. M. La literatura infantil: claves para la formación de la competencia literaria. Málaga: Aljibe. 2008.
Grassa, C. Educación y biblioteca. Revista Aula (Innovación Educativa). 2008.
Rodari, G. Gramática de la fantasía. Ed. Einaudi. Turín. 1973.
Shklovski, V. Sobre la prosa literaria, Barcelona, Planeta, 1971.


Todorov, T. Teoría de la literatura de los formalistas rusos. Siglo XXI, 1991.

sábado, 3 de enero de 2015

Escritura Creativa. Marco teórico.




Para establecer el marco teórico que sustenta las bases de la Escritura Creativa es necesario tener claro que la escritura es la parte del lenguaje que ayuda a la estructuración del pensamiento, y es una de las formas de comunicación más amplia, lo que implica la necesidad de escribir de forma clara y precisa.

Si tomamos en consideración que: “El lenguaje general y la escritura son elementos esenciales para el desarrollo, la educación y la formación del hombre”  (Rodari, 1973: 14) podremos comprender que la escritura como instrumento de comunicación, pensamiento y conocimiento, como objeto de reflexión y análisis, es básica para la construcción de la significación a través de los múltiples códigos y formas de simbolizar.

Como instrumento de formación, la lengua permite desarrollar un proceso de integración a la sociedad. Como instrumento de pensamiento, posibilita organizar, sistematizar y expresar ideas, sentimientos y deseos y como instrumento de conocimiento, constituye una mediación en la adquisición de conocimientos en todas las demás áreas y en la formación de valores, aptitudes y destrezas.

La escritura como sistema convencional de signos y como sistema de relaciones y significaciones, constituye una disciplina que se convierte en objeto de reflexión y análisis. Y en definitiva, se puede entender la escritura como la forma en que las palabras se seleccionan y combinan, y que es inherente a los individuos y a los grupos: su lenguaje.

Los estructuralistas dicen que el lenguaje tiene tres niveles organizados jerárquicamente: Sonidos, combinaciones de sonidos para formar las palabras y combinaciones de palabras para formar las oraciones y las frases. En el plano fonemático analizan los sonidos; en el morfema sintáctico se describen las combinaciones de sonidos en unidades con significado (los morfemas y sus combinaciones para formar palabras), en el sintagma el enfoque se centra en las combinaciones de palabras que forman oraciones y frases.

Respecto a las clases de lenguaje podemos precisar que los códigos no lingüísticos se refieren a una gran variedad de formas y sistemas de comunicación con los cuales el hombre, sin hacer uso del lenguaje articulado, puede construir y transmitir mensajes, como en la vida diaria que recurrimos constantemente al lenguaje mímico (levantamos la mano para saludar); al pictórico o icono (señales viales e historietas).

Por otra parte, constituyen también lenguajes los símbolos matemáticos, los signos musicales, los numerosos signos convencionales utilizados en las distintas ramas de la ciencia o la técnica, así como los diversos  “lenguajes” usados hoy en el campo de ordenadores.

Los siguientes lenguajes son los más usados en la vida cotidiana de cada individuo.

v  Lenguaje oral.
v  Lenguaje gestual.
v  Lenguaje escrito.

Son los lenguajes básicos, ciertamente, sin embargo, debemos precisar que la escritura evoluciona en nosotros a través de modos desconocidos, y no sabemos cuáles serán los derroteros que cursará el lenguaje como tal. También debemos recordar que, como tales escritores, provenimos del tiempo de los escribas y que nuestro propio desarrollo viene desde adentro, lugar desde el cual atribuimos una función simbólica y de registros a los textos, nos trasladamos de la lectura mecánica a una lectura comprensiva, viajamos de la codificación a la decodificación (entendida como relación fonema-grafema) y logramos la comprensión del texto, cómo está articulado o cómo está establecida la alternancia de los niveles narrativos y la perspectiva que adopta el narrador de dicho texto, como narrador omnisciente, protagonista o testigo. Si acaso no sean  percatado, lo que acaban de leer es un cuento en sí, impregnado de la más volátil ficción.

Y continuemos. Debemos recordar que la alfabetización o el aprendizaje de la lecto-escritura, es un proceso continuo, así que es probable que la aparición de nuevos lenguajes sea posible y las variaciones de lo mencionado anteriormente son, en realidad, infinitas.

En cuanto a la composición es definitivo que ésta requiere de creatividad y capacidad de invención; se necesita además de la interpretación y de las inferencias lógicas y coherentes con la realidad que se va a contextualizar. La composición enriquece el proceso de escritura porque se aprende a escribir escribiendo. El acto de escribir es una oportunidad para pensar coherentemente sobre un tópico específico con un propósito comunicativo claro, en una ocasión particular.

Planteado ya el panorama general de lo que implica el lenguaje, pasamos a estructurar el marco conceptual de nuestra temática y para ello podemos partir del análisis de las conceptualizaciones y enfoques sobre Escritura Creativa, utilizando a autores tales como Timbal-Duclaux (2004), Cassany (1999), Sauter (2006) y Pérez Abril (2013). Son obras básicas para la comprensión de los conceptos que delimitan a la Escritura Creativa.

Escritura creativa. Técnicas para liberar la inspiración y métodos de redacción (Timbal-Duclaux, 2004). Este libro, de una manera sencilla, enseña a dar forma a la inspiración; a sacarla afuera, pues muchas veces la tenemos y no sabemos cómo liberarla o expresarla. En palabras del autor: “¿Qué decir sobre un tema y cómo decirlo? La antigua retórica dividía el arte de escribir en cuatro partes sucesivas. La invención, o arte de encontrar las ideas. La disposición, o arte de ponerlas en orden construyendo un plan. La elocución, o arte de elegir las palabras y formar las frases. Finalmente, la presentación, que podía ser ya oral, ya escrita. Ahora bien, si usted escucha a los profesores o examina atentamente los manuales existentes sobre el arte de escribir, comprobará que ellos se extienden largamente sobre las dos últimas partes, pero muy poco sobre las otras dos. Y sobre todo sobre la primera, que está, sin embargo, en la base de todas las demás: el arte de encontrar las ideas. Esto no debe asombrar porque, efectivamente, es la más difícil”. (Timbal-Duclaux, 2004: 11).
En Construir la escritura (Cassany, 1999), el autor plantea que escribir consiste en disponer las palabras de modo que expresen con precisión lo que uno quiere transmitir a otros; y esto todavía sigue siendo difícil. Por tanto, el aprendiz sigue necesitando a docentes preparados que le muestren cómo se construyen los discursos escritos y cómo se deben utilizar las palabras para que signifiquen en cada contexto lo que uno pretende.
Construir la escritura se dirige a los docentes (de lengua y de otras materias) y responde a las siguientes preguntas: ¿Qué sabemos hoy del acto de escribir?, ¿Cuál es la mejor manera de enseñar?, ¿Y de evaluar? Este volumen sintetiza las teorías actuales sobre la composición escrita, ejemplifica los conceptos más relevantes, explora las prácticas escritoras de los institutos de secundaria y propone una alternativa didáctica, teórica y práctica, con ejemplos de actividades experimentadas y comentadas.
En Teoría y práctica del proceso creativo (Sauter, 2006), encontramos entrevistas a Ernesto Sábato, Ana María Fagundo, Olga Orozco, José Watanabe, Raúl Zurita y María Rosa Lojo con la precisión acerca de lo que es la Escritura Creativa. En esta definición, precisa Sauter, se enmarcan los escritos de ficción y no ficción que están más allá de las disciplinas de comunicación como el periodismo, los escritos técnicos y las creaciones académicas.
En referencia a los talleres de Escritura Creativa es oportuno el planteamiento de Mauricio Pérez Abril, autor que nos proporciona dos citas extraídas de sus escritos teóricos de las que podemos sacar provecho: “Debemos pensar una propuesta de formación en un formato diferente al de “curso”, pues este término da la idea de que “alguien” le enseña a "alguien". En este marco, sobre la complejidad en la escritura de los docentes, propongo que pensemos la posibilidad de existencia de un espacio de reflexión crítica sobre las prácticas de escritura "creativa" adelantadas por los docentes”. (Pérez Abril, 2013: 14).
En este sentido continúa el autor: “… el impacto de las propuestas en la escuela debería tener en cuenta lo siguiente: La integración y organización del equipo de maestros en  torno al desarrollo de la propuesta y la  caracterización de algunos modelos de enseñanza de escritura  creativa; los cambios en  las estructuras convencionales (nuevo enfoque del aprendizaje de la escritura, participación de los padres de familia, procesos de escritura por parte de los maestros, socialización de los textos escritos por los estudiantes y por los maestros); los aportes a la pedagogía de la creación literaria" (Pérez Abril, 2013: 20).
Comprendemos que para posibilitar el ingreso a la cultura escrita y a las prácticas sociales de lenguaje, no basta con lograr el aprendizaje de la escritura y la lectura convencional, se necesita propiciar situaciones de participación efectiva en esas prácticas y reconocimiento de las funciones y usos que los textos cumplen en los grupos sociales. Se requiere también, aprender a reconocer los elementos que constituyen esas prácticas sociales de lenguaje, analizarlos y conceptualizarlos.
Pérez Abril continúa su planteamiento de forma precisa: “Nos basamos, especialmente en una perspectiva histórico-cultural, en la medida en que permite pensar en el lenguaje como una práctica situada socio históricamente posibilita ver el diseño de situaciones didácticas más allá de la clásica idea de desarrollo cognitivo como el criterio de organización de la enseñanza. Desde este enfoque sociocultural, planteamos que la calidad de las interacciones que la escuela le propone al niño empuja su desarrollo, lo que implica asumir que ese desarrollo, en este caso del lenguaje, no depende exclusivamente de las disposiciones y condiciones naturales del sujeto, como se señala en el epígrafe, sino, en gran medida, del tipo de situaciones, experiencias e interacciones a las que tenga acceso” (Pérez Abril, 2013: 17).
De esta forma verificamos que la socialización de los textos escritos también es fundamental, como proceso de examen de logros y alcances de los esfuerzos realizados en el área. El propiciar ciclos de creación y reflexión entre los estudiantes y participantes de talleres, sobre lo creado es fundamental desde el punto de vista del acto de escribir, encontramos que no se trata sólo de transcribir de lo oral a lo escrito, sino que escribir es asumir que hay otro que no está presente y que eso implica unas operaciones de planeación y de estructuración del lenguaje.
Al verse inmersos en la escritura de textos intermedios y textos para publicar van comprendiendo que la escritura de un texto es una actividad compleja que requiere de procesos con alta calidad de interacción.
En esa perspectiva, el enfoque teórico debe orientarse a pensar en el trabajo sobre el lenguaje desde la arista del diseño de las mencionadas situaciones de socialización de los textos, las situaciones y las formas de configurar las interacciones y los procesos del lenguaje. Optemos por una perspectiva que posibilite responder a cómo construir situaciones en las que se generen las condiciones para que ocurra el aprendizaje, y para el ingreso de nuevos talentos a la cultura escrita y a las prácticas de lenguaje.
El marco conceptual de la Escritura Creativa lo reforzamos a partir de la revisión de las conclusiones del  VI Congreso de Investigación y Creación Intelectual realizado en la Universidad Metropolitana, año 2008. Encontramos enfoques clarificadores del concepto de Escritura Creativa: “Aquella escritura que defiende y busca, conscientemente, valores estéticos en el uso del lenguaje, independientemente del género, en el cual se enmarque el texto”. (Nieves Montero, 2008: 4).
De la revisión mencionada extraemos que otra definición posible de la llamada Escritura Creativa sería: “Aquella en que definimos dicho proceso, como la creación de literatura en sus varias formas, alejadas de la pura interpretación” (Nieves Montero, 2008: 6).
Para el desarrollo de nuestro Taller Introductorio de Escritura Creativa, nos centraremos en los dos conceptos anteriores.
Revisemos a continuación un poco de historia. La Escritura Creativa interpretada como tal, surgió entre 1880 y 1940, período en el que el proceso creativo fue dando lugar a nuevas corrientes expresivas. El primer autor que usó el término “escritura creativa” fue Ralph Waldo Emerson, escritor, filósofo y poeta norteamericano: "Existe una lectura creativa así como existe una escritura creativa". Él también propuso: "Primero comemos, después engendramos; primero leemos, después escribimos” en su ensayo “Primero leemos, después escribimos” en el que establece su concepción sobre la relación entre la escritura y la lectura, y apreciamos que la comprendió como ciclos.
Definió a la Escritura Creativa como aquella que incluye un proceso creativo y alejado de la pura interpretación. Emerson realizó algunas precisiones conceptuales vinculadas a los géneros considerados dentro de la Escritura Creativa y son reconocidos como tales los poesía, la épica, las novelas, relatos e historias cortas, la autobiografía, las memorias, la ficción flash, la dramaturgia, los cuentos, el guion, el ensayo, la composición y las biografías noveladas.
Las diversas opiniones de estudiosos del tema, amplia aún más el panorama, y la reflexión crítica se hace imperiosa al comprender los siguientes planteamientos realizados en el marco del I Simposio sobre Escritura Creativa en el conjunto de auditorios de la universidad Simón Bolívar: “La idea de la palabra ya estaba en el jeroglífico. Mucho después estuvo en la palabra escrita, donde regida por el alfabeto, fue enmascarada, contenida, regulada y compartida. Ahora, en un mundo audiovisual, donde impera una nueva modalidad de analfabetismo, la palabra escrita se siente en desventaja, desprotegida, ante las nuevas formas mutantes de los olvidados jeroglifos prehistóricos. Formas más audaces, configuradas por tecnologías que crean imágenes plásticas y sonoras, virtuales, múltiples y cambiantes, en continuo desplazamiento y de alternancias de niveles narrativos. Ante tan imprevisto reencuentro ¿hacia dónde mutará la palabra escrita? ¿Sabrá renacer de la imagen y del silencio?”.(Gutiérrez, 2010: 5).
Este planteamiento apunta a razones históricas y sociológicas que podrían conducir a responder estas interrogantes. Las respuestas se han de buscar en el cambio del orden del discurso, y nos conduce a pensar en la necesaria apertura de los espacios académicos hacia la generación y promoción de nuevas formas de asumir el diálogo y debate, para el necesario ensayo de la teoría y la práctica, es decir la apertura de talleres literarios. También nos induce a reflexionar sobre la acción narrativa que no siempre corresponde a una secuencia estructurada y lógica de acontecimientos, en base a la sucesividad y causalidad, ni dotada de un significado unitario. Es posible que la articulación de un texto contemple la alternancia de niveles narrativos o la superposición de planos temporales, así como variantes en las perspectivas que adopta un narrador, el cual puede ubicarse como protagonista, testigo o como narrador omnisciente.
Como cierre a esta segunda clase teórica referimos al poeta Rafael Courtoisie en su ponencia durante el I Simposio sobre Escritura Creativa, Universidad Simón Bolívar, el día 22 de noviembre de 2011, nos otorga la siguiente consideración que consolida lo anterior: y apuntala nuestra actividad tallerista: “…Toda la situación  presentada nos hace fijarnos en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, los talleres literarios y concursos (así como las publicaciones de las editoriales privadas de autores) han contribuido a marcar una presencia notable de narradores jóvenes con notable talento, manejo de la lengua y de la creatividad; de lo que se deduce que una adecuada y constante promoción de talleres y concursos contribuye de manera notable en la formación del acervo literario y por supuesto, niveles óptimos de calidad literaria…”. (Courtoisie, 2011: 3)


Referencias.

Cassany, D. Construir la escritura. Ed. Paidós. Barcelona. 1999.
Courtoisie, R. Ponencia Crisis o vigencia de los géneros.  Resignificaciones del nuevo milenio I Simposio sobre Escritura Creativa, Universidad Simón Bolívar. www.concursointernacionaldeescrituracreativa.com. 2011.
Gutiérrez Plaza, A. Ponencia Reflexiones en torno a convivencia de la creación poética y la crítica e investigación universitarias. I Simposio sobre Escritura Creativa, Universidad Simón Bolívar. www.concursointernacionaldeescrituracreativa.com. 2011.
Nieves Montero, J. Ponencia De la creatividad en la escritura. VI Congreso de Investigación y Creación Intelectual Universidad Metropolitana. Cuadernos Unimetanos. 2008.
Rodari, G. Gramática de la fantasía. Ed. Einaudi. Turín. 1973.
Sauter, S. Teoría y práctica del proceso creativo, Ed. Iberoamericana, Madrid. 2006.
Timbal-Duclaux, L. Escritura creativa. Técnicas para liberar la inspiración y métodos de redacción. Ed. Edaf, Madrid. 2004.
Pérez Abril, Mauricio. Leer y escribir en la escuela: Algunos escenarios  pedagógicos y didácticos para la reflexiónhttp://www.educarchile.cl. 2013.
Villanueva, D. Glosario de narratología. Ediciones Júcar. Gijón. 2000.


Asignación: Resumir por escrito el cuento  “La noche boca arriba” e identificar su estructuración.