miércoles, 28 de enero de 2015

Destrezas para desarrollar propuestas de escritura creativa y promover la imaginación: o el dúo dinámico te saca a bailar.


Destrezas para desarrollar propuestas de escritura creativa y promover  la imaginación: o el dúo dinámico te saca a bailar.

La relación con el lenguaje, ejecutada en grupo, potencia las posibilidades de que aumente la confianza al momento de crear, y para esta aseveración nos podemos apoyar en: “La escritura es un acto individual, pero existe una dimensión social que no podemos desconocer y un aprendizaje importante que se produce en estos talleres es la toma de conciencia del papel de los otros (no sólo el profesor) para avanzar como escritores”. (Grassa, 2008: 4). Se nos hace evidente que esta toma de conciencia de la realidad social de la escritura es pertinente y que al aumentar el interés por compartir los propios escritos con los compañeros de grupo, aumentar nuestra capacidad de escucha y tener mayor interés en conocer diversos textos, nos plantarnos de forma open mind o mente abierta, hacia la interacción comunicativa y logramos mayor seguridad para producir textos, y se nos facilita la construcción de la ficción y los modos en que procesamos la experiencia literaria.

Aclarada la importancia de la dimensión social en el estudio y la práctica de la Escritura Creativa, pasemos a considerar lo referente a las destrezas fundamentales para desarrollar propuestas de escritura creativa, y estas son:

v  La capacidad para producir textos coherentes y cohesionados, observando la corrección gramatical y la ampliación del vocabulario.
v  La toma de conciencia sobre las particularidades de la lengua escrita, el desarrollo de un estilo, de una “voz” propia y el aumento de la originalidad de los textos.
v  El aumento de las habilidades lectoras, del interés por la lectura de obras literarias, del desarrollo de criterios personales para la selección de lecturas, de los criterios para construir opiniones y evaluar obras literarias. El disfrute por la lectura, encontrarle sentido y a leer con múltiples propósitos trae como consecuencia el desbordamiento de la escritura propia; al encontrar modelos que alimenten los textos, tomamos conciencia sobre cómo se escribe y cómo es reescribir, con lo que obtenemos el beneficio de la experiencia creadora y del enriquecimiento del mundo simbólico personal.
v  La habilidad de poetizar la realidad a través del uso de la imagen, la metonimia, la metáfora y el extrañamiento.

En adición a lo anterior, en la producción de escritos creativos es importante atender con detalle los siguientes aspectos:
1.- Observar el uso de una correcta puntuación y separación de párrafos. Separar párrafos con puntos y aparte.
2.- Mantener la coherencia gramatical entre sujeto, verbo, predicado; mantener la concordancia entre los tiempos verbales.
3.- Comprobar la concordancia sujeto y verbo en los sujetos colectivos. Por ejemplo, es incorrecto escribir: "La gente estaban", lo correcto es escribir "la gente estaba".
4.- Controlar el uso de muletillas para definir conceptos. Es probable que encontremos expresiones como "es cuando", "es que", "que". También abusos del "entonces", "una cosa”, o "esto es que".
5.- Revisar el uso de las oraciones impersonales porque podemos caer en el error de escribir "Habían muchas personas", en lugar de "Había muchas personas". Este es el caso de una oración impersonal y "muchas personas" es Complemento Directo y no sujeto.
6.- Exponer ideas relacionadas usando los conectores oracionales y  cuidando la unidad de sentido porque es frecuente que las ideas estén desordenadas. Deben cuidar esto e ir planteando las ideas ordenadamente, siguiendo bien un criterio temporal, de lo general a lo particular, de lo particular a lo general. Por supuesto, todo va a depender del tipo de texto que se esté construyendo.
7.- Evitar la pobreza de vocabulario y respetar la estructura lógica del texto: planteamiento, nudo y desenlace.
8.- Vigilar la utilización de un sustantivo, no repetirlo, sino sustituirlo por el pronombre, si es el caso.
9.- No mezclar los registros lingüísticos del lenguaje culto y del coloquial en un mismo tipo de texto, exceptuando el caso de los diálogos, en los que se diferencian las voces de los personajes.
10.- Descartar el uso del "dequeísmo" (Uso incorrecto de la preposición "de" ante una oración sustantiva que va introducida por la conjunción "que". Así, por ejemplo, suelen decir: "Resulta de que me vio en la calle"  en  lugar de "resulta que me vio en la calle".
11.- A veces nos encontramos con el uso del "queísmo" el fenómeno contrario al anterior, es decir, la eliminación de la preposición "de" en construcciones que deberían llevarla. Por ejemplo, "Tengo la seguridad que la gente me aprecia", cuando deberían decir "tengo la seguridad de que la gente me aprecia”. Es importante evitar el "queísmo", consistente en sustituir el determinante relativo "Cuyo"/a, /os/as por el pronombre relativo "que". Solemos encontrar escritos.: “Conozco a una chica que su padre es actor", en vez de “Conozco a una chica cuyo padre es actor".
12- No cometer "anacolutos" (Ruptura sintáctica del discurso como consecuencia de una falta de relación lógica entre sus componentes). No es correcto escribir "Yo me gustaría que estudiaras más", en lugar de "A mí me gustaría que estudiaras más". También solemos encontrar "Me presentaron a una chica, que estuve con ella toda la tarde", y la expresión correcta es  "Me presentaron a una chica con la que estuve toda la tarde" (los pronombres relativos deben desempeñar siempre una función sintáctica)
13.- Y por sobre todo, a pesar de la obligatoriedad de todo lo señalado, buscar una voz propia, un modo personal de escribir nuestros textos y expresar nuestras ideas.
Acerca de la habilidad de poetizar la realidad a través del uso de la imagen, la metonimia, la metáfora y el extrañamiento, nos apoyamos en Carlos Grassa, quien refiriéndose a la necesidad de la poesía en la vida, lanza una propuesta que parte de la pregunta sobre las estrategias para llegar a lo poético: "… Logramos poetizar lo real desestructurando narraciones, armando rompecabezas, intentando poemas colectivos, inventando bestiarios con animales fantásticos”.
Y nuestra estrategia de trabajo de taller se fundamentara en estas ideas, pero antes de enfocarnos en los ejercicios prácticos y para lograr nuestras aspiraciones en este sentido, es necesario que precisemos conceptos:
1.- La imagen. Viktor Shklovski, integrante del movimiento del formalismo ruso, concibe dos manifestaciones del lenguaje: el lenguaje cotidiano y el lenguaje literario. El primero es la forma común y corriente de comunicarnos, lenguaje convencional que sigue las normas del uso común, de la gramática, de la lógica o del sistema mismo. Nuestra forma de ver la realidad, a través de este lenguaje, provoca que nuestras percepciones del mundo se familiaricen, se hagan costumbre, se vuelvan rutinarias; y por lo tanto que se pierdan entre tantas percepciones que del mundo nos formamos.
En uno de sus postulados, Shklovski señala que: “El hábito nos impide ver y sentir los objetos; es necesario deformarlos para que nuestra mirada se detenga en ellos: esa es la finalidad de las convenciones artísticas. El mismo proceso explica los cambios de estilo en arte: las convenciones, una vez admitidas, facilitan el automatismo en lugar de destruirlo”. (Shklovski, 1971: 31).
La esencia de la obra literaria radica entonces en la construcción de un lenguaje cuyos recursos traten de potenciar nuestras percepciones y nuestra sensibilización ante el entorno. Esto se logra a través de artificios artísticos no convencionales, no lógicos, no automáticos ni de rutina. Estos recursos evitarán que nuestras percepciones se pierdan, y lograrán que permanezcan en nuestros sentidos, provocando algún efecto conmovedor, innovador, estético, placentero, caótico o extra-ordinario.
Shklovski describe esta dualidad de lenguajes como imagen poética e imagen prosaica. La imagen poética está definida como uno de los medios de la lengua poética, cuyos procedimientos (paralelismo, comparación, repetición, hipérbole, simetría, etc.) constituyen un procedimiento de singularización, una forma difícil que aumenta la dificultad y duración de la percepción.
Y completemos lo referente a la imagen considerando que el procedimiento de percepción en arte es un fin en sí y debe ser prolongado porque “El arte es interpretado como un medio de destruir el automatismo perceptivo: la imagen no trata de facilitarnos la comprensión de su sentido, sino de crear una percepción particular del objeto, la creación de su visión y no de su reconocimiento”. (Todorov, 1991:32).
2.- La metonimia es la sustitución de un término por otro, fundándose en relaciones de causalidad, procedencia o sucesión existentes entre los significados de ambos términos. Es darle a un objeto el nombre de otro por una relación de causa u origen.
Según De Amo Sánchez-Fortún tenemos que: “La metonimia, la metáfora, la alegoría y el símbolo son tropos literarios que tienen en común el basarse en la sustitución de términos que implican una traslación o desplazamiento del significado. Lo que diferencia esencialmente a la metonimia de la metáfora es que, en la metonimia esa traslación se produce dentro del mismo campo semántico (causa-efecto, obra-autor, etc.), mientras que en la metáfora se produce entre términos cuyos conceptos pertenecen a campos distintos: río-vida; mar-muerte; dientes-perlas” (De Amo Sánchez-Fortún, 2008: 17)
De esta manera comprendemos que se trata de la identificación de un objeto con otro en virtud de la relación de semejanza que hay entre ellos, es decir, una comparación. Los siguientes son unos ejemplos clásicos: “El cristal del agua”. “Nuestras vidas son los ríos, que van a dar a la mar, que es el morir”. “La calle abierta como un ancho sueño”.
3.- El extrañamiento. Es un concepto de la literatura orientado a dar una perspectiva diferente a la habitual visión de la realidad, al presentarla en contextos diversos a los acostumbrados o al representarla de un modo en el cual se nota que la representación es una ficción.
Shklovski define el extrañamiento como "El propósito del arte es el de impartir la sensación de las cosas como son percibidas y no como son sabidas (o concebidas). La técnica del arte de "extrañar" a los objetos, de hacer difíciles las formas, de incrementar la dificultad y magnitud de la percepción encuentra su razón en que el proceso de percepción no es estético como un fin en sí mismo y debe ser prolongado. El arte es una manera de experimentar la cualidad o esencia artística de un objeto; el objeto no es lo importante”. (Shklovski, 1971: 43)
De esta forma apreciamos que se trata de un recurso que actualiza el lenguaje y evita la automatización de nuestras percepciones. El término es sugerido para señalar que el lenguaje literario es una construcción que, con el manejo de planos alternativos, discrepancias y contradicciones, supera al lenguaje cotidiano, científico o filosófico-conceptual. La literatura es la trasgresión y rompimiento de normas establecidas validados por la búsqueda consciente de los valores estéticos y  que conllevan la propuesta de un nuevo lenguaje, una nueva forma de ver las cosas ante el lector. De ahí que esta trasgresión de formas y contenidos nos permita ver la realidad desde distintas ópticas y perspectivas, siendo esto una de las funciones que más esperamos de la literatura.
En definitiva, el extrañamiento es recrear algo; así el artista lo que hace es (re)ver la realidad de otra forma, y así nos la presenta en sus obras, como extrañas a nuestra mirada. Se crea así en los destinatarios un sentimiento de alienación, despersonalización: se trata de descubrir que en su vida frecuentemente están alienados, automatizados.
Trabajaremos en el Taller introductorio sobre Escritura Creativa en base a los conceptos expuestos y también nos apoyaremos en el discurso de Gianni Rodari, y en torno a lo que él llama Gramática de la Fantasía. Podemos destacar tres capítulos del libro respectivo “La china en el estanque”, “El binomio fantástico” y  “¿Qué ocurriría si...?”. En esos capítulos el autor hace planteamientos fundamentales, como el del azar como detonante para crear a partir de elementos pertenecientes a una misma categoría o clasificación, pero que no son contiguos semánticamente, es el caso del binomio fantástico (o el dúo dinámico para efectos de este taller), otro planteamiento es el de trabajar sobre el pensamiento hipotético que es inventar a partir de hipótesis, y el otro es la conexión con el surrealismo y el atender a las formas ocultas que están allí pero que no se aparecen de forma obvia.

Es oportuno ampliar en qué consiste tanto el binomio fantástico así como la contigüidad semántica.

El Binomio Fantástico surge cuando dos conceptos son tan lejanos uno al otro, que es muy difícil a primera vista establecer una relación entre ellos, por lo tanto, tenemos que poner a trabajar todo nuestro ingenio. Debemos tomar distancia frente al binomio. La distancia es necesaria para que la aproximación resulte insólita, pero posible. Esta “lejanía” permite que nuestra imaginación  trabaje y genere una conexión, una relación entre ambos, un conjunto fantástico donde pueden convivir. Se debe buscar pares de palabras lo más diferentes posibles una a la otra, una vez que ya hemos elegido el binomio, por ejemplo tigre-gelatina, aplicamos el proceso de extrañamiento e intentamos ver cada elemento del binomio como si nunca hubiéramos visto algo como esto, no supiéramos para qué sirve, ni de qué está hecho, y luego describirlo hasta el más mínimo detalle. Una vez que tengamos cada elemento descrito por separado, viene un proceso de asociación y comparación, que se ejerce no con el objeto o concepto completo, sino entre las características en estado “puro”.
En ese momento aceptamos el baile que nos ofrece, lo que llamaremos en nuestro Taller “El dúo dinámico”. ¿Aceptarían bailar un bolero con un personaje que tuviese dos cabezas? O ¿Bailar un bolero con dos personajes a la vez? Son riesgos propios del ejercicio de la Escritura Creativa. Esta aceptación permitirá establecer conexiones inéditas que difícilmente hubiéramos podido realizar viendo los objetos por separado, así, aunque los conceptos elegidos estén desarraigados, y fuera de su contexto, llegan a uno nuevo e inédito y pierden en cierta medida las facultades que les son propias y ganan las infinitas posibilidades de su nueva conexión que parecía imposible.

La Adivinanza sigue este mismo procedimiento. Es un tipo de binomio donde un elemento (la respuesta) se esconde y el elemento que se muestra, se hace a través del proceso de extrañamiento.

La contigüidad semántica es la sustitución por contiguos semánticos, esto es, por vocablos que, sin ser sinónimos de los que sustituyen, guardan con ellos una relación de significado, sea de inclusión (conceptualmente incluyen a otros vocablos o están incluidos en estos), sea de derivación (familias léxicas o de palabras: primitivas y derivadas). Ejemplo: Ayer jugaron los italianos contra los surcoreanos, y ganaron los asiáticos.

Estos aspectos nos llevan a reflexionar acerca de que la literatura puede mantener una estrecha relación con la información en nuestra conciencia y de que el texto no debe ser un elemento distante, sino un objeto próximo. Si apelamos a nuestra conciencia y a nuestra imaginación para enfocar la mirada de nuestro entorno, real o virtual, tomando en cuenta la era tecnológica que vivimos, tenemos todas las ventajas para transformar nuestros escritos.

Aprovechar la capacidad asociativa del cerebro humano, así como hacer uso del mapa mental y el hipertexto, en la construcción de la ficción se reflejará en la forma en que procesemos nuestra experiencia literaria.

Como cierre a esta tercera clase del Taller Introductorio sobre Escritura Creativa recordemos a Albert Einstein quien dijo que la imaginación es más importante que el conocimiento: “El conocimiento es limitado. La imaginación circula el mundo… Cuando me examino a mí mismo y mis formas de pensar llego a la conclusión de que el regalo de la fantasía ha significado más para mí que mi talento para absorber el conocimiento positivo”.


Asignación: a partir de dos sustantivos disimiles, crear un ensayo corto (máximo una cuartilla). Con este ejercicio busquemos la flexibilidad ante las circunstancias en que se desarrolla nuestra capacidad de comunicación, realicemos variantes de un tema, sin perder la coherencia y cohesión en los textos que seamos capaces de producir. Hasta aquí la formalidad teórica, ahora ¡Atrévete a bailar con el dúo dinámico! ¿Bailar con dos personas a la vez? Sí, y hasta un bolero pegadito.


Referencias
De Amo Sánchez-Fortún, J. M. La literatura infantil: claves para la formación de la competencia literaria. Málaga: Aljibe. 2008.
Grassa, C. Educación y biblioteca. Revista Aula (Innovación Educativa). 2008.
Rodari, G. Gramática de la fantasía. Ed. Einaudi. Turín. 1973.
Shklovski, V. Sobre la prosa literaria, Barcelona, Planeta, 1971.


Todorov, T. Teoría de la literatura de los formalistas rusos. Siglo XXI, 1991.

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